La Unión Europea ha dado un paso significativo en la regulación de la inteligencia artificial al aprobar un nuevo marco legal que establece normas más estrictas para el desarrollo y la implementación de sistemas de IA de alto riesgo. La legislación, que ha estado en debate durante varios meses, tiene como objetivo garantizar la transparencia, la rendición de cuentas y la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos en un mundo cada vez más impulsado por la IA.
Las nuevas regulaciones clasifican los sistemas de IA según su nivel de riesgo. Los sistemas considerados de «alto riesgo», como aquellos utilizados en la toma de decisiones en áreas como el empleo, el crédito y la justicia, estarán sujetos a requisitos más estrictos en cuanto a transparencia, documentación, supervisión humana y precisión. Se prohibirán ciertas prácticas de IA consideradas inaceptables, como el reconocimiento facial biométrico en tiempo real en espacios públicos (con excepciones limitadas) y la manipulación conductual a través de la IA.
Las empresas que desarrollen o implementen sistemas de IA de alto riesgo deberán realizar evaluaciones de impacto para identificar y mitigar los posibles riesgos. También se establecerá una Junta Europea de Inteligencia Artificial para supervisar la implementación de las nuevas normas y fomentar la cooperación entre los estados miembros.
Esta nueva legislación sitúa a la Unión Europea a la vanguardia de la regulación de la IA a nivel global, buscando un equilibrio entre el fomento de la innovación y la protección de los derechos y valores democráticos. Se espera que estas normas tengan un impacto significativo en el desarrollo y la adopción de la IA en los próximos años.
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